DELOBI

 


Este post lo he publicado un día antes, por imperativos de viaje y salud. Estoy viajando a Barcelona, para revisión regular en el Hospital de Bellvitge, además de substituir el tubo de la sonda por otro sistema de cierre. Ya os contaré 😊.

El viernes tuve el día récord de caídas, fueron seis, si cuento la caída de la madrugada. Lo más aparatoso fue un golpe contra el suelo con mis dientes, con la correspondiente hinchazón del labio inferior. Era en el parking, la puerta no va muy bien. Pero los batacazos han continuado ayer y hoy, en casa. De alguna forma, siempre me duele algo debido a esas caídas.

 

Se fueron mi hija y mis nietos. Me fijé que mi nieto Nil, de 11 meses, se desplaza por la casa erguido, aguantándose en una silla u otro mueble. Todavía no anda, porque está inseguro. Prefiere gatear y lo hace muy rápido. Por otro lado, suele comer cosas blandas al no tener más que dos dientes: verdura al vapor, compota de manzana, yogurt y leche vegetal (todavía toma pecho). También se ha dañado el labio superior por una caída. Decía que me he fijado en él y he comparado conmigo. ¡¡Resulta que hacemos, caemos y comemos los mismo!!

 

Otra cosa en la que me he fijado, es que mi mujer, cuando se dirige al pequeño, “crea” una tercera persona.

-      La abuela ahora te dará agua.

-      La abuela te limpia.

Mi madre también lo hace. El abuelo (yo), al no hablar, no crea esa tercera persona. 😊

 

Si me habéis seguido unos meses, supondréis que he tenido que renunciar a muchas cosas, empezando por la bicicleta y continuando con la imposibilidad de comer de todo. Pero no he querido hacer una lista para no lamentar el pasado. No quiero reunir en un papel aquellas cosas que ya no volveré a hacer. Sería castigarme. Me basta que, cuando estoy presente en una de esas renuncias, padecerla. Pero, como estos últimos días, a pesar de las caídas, no protesto.

Pero hay una cosa nueva, que me cuesta mucho aceptar. Se trata de tener en brazos a mi nieto pequeño. No puedo hacerlo porque es como un remolino y sería peligroso. Lo único que podría hacer es tenerlo en brazos sentado y que él esté dormido. Tendré que esperar unos meses, en que caminará y lo podré llevar de la mano.

Inevitablemente, comparo con su hermana mayor, de seis años, a la que cuidé cuando era bebé, viajando a casa de mi hija y ayudándola, porque ya estaba jubilado y mi mujer, no.

Mi nieta nació en 2016, el año que comenzó mi enfermedad, pero fue muy lenta su progresión y podía hablar casi perfectamente. Ya conté que un día me espetó: ¿Abuelo porque hablas mal? Antes hablabas bien Inolvidable el día en que dijo “savi” (abuelo), por primera vez y casi no sabía hablar.

 

 

RELATO

 

Todas las playas del sur de Menorca, constituyen el final de un barranco, incluido el puerto de Ciutadella, a pesar de que está en el oeste. Y supongo que los altos acantilados de esos barrancos, han sido formados por el agua de lluvia a través de los milenios, ya que la piedra, mayormente, es muy blanda (marés). En Menorca, no hay ríos. Solo riachuelos alimentados por el líquido elemento.

Cuando era niño, a finales de verano, con mucha frecuencia, pasaba el “delobí”, en castellano: avenida (creciente impetuoso de un rio o arroyo). Se trataba de una riada, por sus efectos, pero propiciado por el agua de lluvia, que desembocaba en el puerto. Agua rojiza, repleta de animales muertos y mucha inmundicia, incluidos muebles, arrastrada desde muchos kilómetros tierra adentro y procedente de las fincas agrícolas cercanas. Para llegar al puerto, el agua pasaba por un llano muy ancho (es el marco de una de las celebraciones de nuestras fiestas y caben 20.000 personas) con infinidad de huertos delimitados a los lados, (como se ve en la foto), llegando a casi dos metros de altura, en los peores años y convirtiendo esa planicie en un rio rojo y en su lecho temporal.

En esas ocasiones se pasaba el aviso de ¡delobí! y los vecinos íbamos a una calle que está por encima de la zona, para observar un espectáculo singular.

Hace dos generaciones que no sucede. Mis hijos no lo han visto nunca. Hay diferentes teorías sobre la causa. La más creíble para mí, es que cuando ocurría, era debido a que, a finales de verano, después de meses sin llover y con las tierras muy secas y sin labrar (en el sur es muy arcillosa, era como mármol rojo), el agua de lluvia no era absorbida por los campos y se iniciaba la riada que, como digo, llegaba a ser muy caudalosa. No se repite en los últimos 50 años, por la existencia de tractores, que rápidamente pueden labrar los campos y permiten que la tierra absorba el agua caída.

 

 

BAHA’ÌS IRAN.

 

La nueva ola de represión por parte del gobierno clerical de Irán, hacia los bahá’is que comenzó a finales julio y que llevó a la cárcel a Mahvash Sabet y a muchos más, se ha incrementado al encarcelar a catorce jóvenes que estaban reunidos para estudiar.

Hace muchos años, que los jóvenes bahá’is en edad de acudir no son aceptados en las universidades de Irán, porque en el formulario de inscripción, es necesario indicar qué religión practican. Y la bahá’i está excluida, es decir, no figura en la relación de religiones aceptadas. Contrariamente, la cristiana o judía, es admitida. Por la sola razón de que son anteriores al islam. La Fe Bahá’i es del siglo XIX y, por tanto, posterior.

Los jóvenes afectados por esta medida, se organizaron y crearon un sistema de estudio, con el mismo valor que las materias tratadas en las universidades, localizando a profesores foráneos, que ayudan a implementar las clases a distancia y realizando los exámenes con el mismo rigor que en los centros de estudio originales.

Las autoridades gubernamentales, lo descubrieron y persiguen la realización de esas clases alternativas de forma encubierta, porque no pueden arriesgarse ante la comunidad internacional, que sean desenmascarados realizando esta represión. Y no pueden aprobar una norma en este sentido, para no verse comprometidos. Si lo hicieran, los jóvenes bahá’is lo acatarían, porque tenemos una orden directa de nuestro Fundador, de aceptar las leyes del gobierno de cada país.

Como bien dice mi amiga Behnoush, el lugar de esos jóvenes es la universidad, no la cárcel.

Se habla mucho de mentiras (fake-news), en la jerga periodística o redes sociales. La represión efectuada y la negación de la misma entra en esa categoría.

Pero los bahá’is de todo el mundo, estamos denunciando esta violación de los derechos humanos y se está haciendo eco en el mundo, con cada vez más presión de la opinión internacional, hacia el gobierno de Irán. Como hace poco hizo Justicia y Paz, de Barcelona, entregando una carta de protesta al consulado de Irán en España.

 

Los que me leéis, os pido compartir esta situación injusta, que viven mis hermanos en Irán. Hace ya 40 años.

Para que os sea más fácil entender lo que sufren mis correligionarios, haced un ejercicio de imaginación: suponed que, tras el final de una legislación política concreta, el partido que gana es integrista y religioso. De la noche a la mañana en vuestra ciudad, el alcalde, el jefe de policía, los jueces y otros cargos, ¡son sustituidos por sacerdotes!

Es lo que pasó en Irán en 1979.

 

“Hollad el sendero de la justicia, porque éste es, ciertamente el sendero recto”.

(Escritos bahá’is)

 

  



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