BÍA

 

Bía es una joven de 22 años de Brasil, que vive y trabaja en Luxemburgo, que vivió con nosotros tres años cuando era una niña, que era hija natural de un joven brasileño que tuvo una relación con mi hija Roser hace muchos años. De esa relación, surgió un viaje a Brasil para que mi hija conociera a la familia de Marcio, ese joven con quien tenia la relación y conoció a su hija Bía y Roser decidió traerla a Menorca. Lo hizo cuando la niña tenía solamente siete años y vivió aquí hasta los diez, cuando se terminó la relación.

Cuando estuvo aquí, iba a colegio y hablaba en castellano y catalán, pero hoy en día se le ha olvidado y solamente puede hablar en lengua portuguesa con la que se entienden ella y mi hija.

Ella cuando se marchaba dijo que algún día volvería y lo ha hecho estos días, dándonos una gran sorpresa para mi esposa y yo, porque nuestra hija lo organizó y hasta que no llegó a casa no lo supimos. La alegría fue mayúscula. Bía ha crecido y ha cambiado mucho, pero la cara de esa niña que conocíamos, se entrevé claramente.   

 

Hemos vuelto a iniciar la temporada de baños en el mar, con la ayuda de mi hermano Biá que, junto con mi esposa, me ayudan a entrar en el mar.

El primer día, que fuimos a la Vall, me llevé un disgusto enorme al constatar que he empeorado mucho, porque no me aguanto dentro del mar, incluso con flotador y no puedo andar en el agua, aunque tenga la precaución de hacerlo con el mar hasta la cintura, que lo podía hacer el año pasado. Me tengo que conformar bañándome agarrado a uno de los que me ayudan. Es una prueba grande para mí, tener que aceptar que no puedo nadar y caminar en el mar. Son muchas pruebas acumuladas…

En verano, no sufro tanto para vestirme y calzarme, porque no necesito calcetines al llevar unas abarcas menorquinas, me pongo la roba más ligera, como pantalones cortos y camisetas, que en casa no las uso (las camisetas).

Ya sabéis que comulgo con los principios del mindfulness y defiendo vivir ahora y aquí, no se puede vivir en el pasado, que no podemos cambiar, ni en el futuro, que es imprevisible.

He leído una ampliación de ese principio, en el que dice aprender del pasado, vivir el presente y construir el futuro; me gusta.

He hecho cuentas y he calculado que llevo tres años sin hablar y utilizando una aplicación para el móvil que se llama Vocalizer y me va muy bien para suplir mi imposibilidad de comunicarme. Para instalar esa aplicación, me ayudó mucho un familiar de mi esposa, que se llama Germán.

Le digo a los jóvenes de mi familia, que ser guapo/a o alto/a no es mérito propio. Incluso ser inteligentes: todos recibimos estos atributos de nuestros padres o de los antepasados de la familia.

Estaban en casa, bueno, durante el día, a la noche dormían en una casa que se la presta una amiga de mi hija. Decía que estaban en casa mi hija y nuestros nietos pequeños para tres semanas. Son las vacaciones de mi hija. Duermen fuera de casa, por respeto a mí. Los niños se fueron anteayer con su padre. Mi hija se ha quedado el resto de la semana para acompañar a Bel, mi esposa, para una operación que le hicieron el mismo día y, por la voluntad de Dios, ha sido un éxito. Era una operación no exenta de riesgos, porque se trataba de retirar el útero y los ovarios, para evitar riesgos futuros.

A mi hija, se le nota la intención de que sus hijos sepan lo que es la isla y sus maravillas, manteniendo su amistad con amigos/as de nuestro pueblo.

Como siempre, tener en casa a los nietos pequeños son una alegría. El pequeño es muy simpático y muy listo. Doy un ejemplo: cuando su abuela le ponía la comida, que era una salchicha y ella se puso dos, Nil de solo dos años, le preguntó a Bel porqué a el solo una y ella se ponía dos 😊.

Elia a la par que va creciendo, muestra más su sensibilidad.

 

Estuve más de un mes sin caerme. No me preguntéis porqué ni cómo lo hice, no he hecho nada sorprendente que demuestre porque no me he caído durante tanto tiempo. Si, superar un mes sin caerme, es para mí es extraordinario. Anteriormente, me conformaba con solo una semana.

Si digo que llevaba más de un mes sin caerme, es porque me he vuelto a caer y he interrumpido la senda positiva. Lo importante es que, las consecuencias de mis caídas recientes no tienen importancia.

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A VUELTAS CON LAS MATRICULAS Y LOS COCHES.

La mayoría de coches que circulan por las carreteras de Menorca en verano son nuevos, porque son alquilados y las empresas de alquiler los compran nuevos a principio de temporada o incluso durante ella y se desprenden de ellos, la mayoría, vendiéndolos al final de la misma. Y los rent a car llenan, incluso colapsan Menorca. Si, son una invasión, porque a los menorquines no nos dejan llegar a las playas vírgenes, que se llenan a primera hora. (*), por ejemplo, una cala de este tipo que tiene pocos aparcamientos, se llama Cala Turqueta, hay días que a las 7.30 de la mañana los semáforos instalados en las salidas del pueblo que indican si están libres o no los aparcamientos de las playas, están en rojo. Que indica que no hay que ir.

Además, se adueñan de las carreteras y colapsan el centro de los pueblos, por lo menos, en Ciutadella, que intentar pasar con mi silla de ruedas eléctrica por la zona más céntrica, se convierte en una tarea difícil.

Los coches viejos son los nuestros, los de los residentes; incluso hay un número notable de coches de más de 20 años o más, porque los coches que permanecen aquí, no hacen muchos kilómetros al ser una isla tan pequeña, por eso duran más.

¡Hay excepciones, claro!, ¡aquí también compramos coches nuevos!

Hay también muchos coches con matrícula extranjera, la mayoría son de vehículos de alta gama (Audi, Mercedes, BMV…), pero también hay utilitarios. Me asombra que se vean unos pocos coches marca Tesla (de Elon Musk, el hombre más rico del mundo), porque son caros, pueden llegar a costar entre 75.000 o 80.000 euros.

La Humanidad tiene dos problemas graves, que tiene que resolver si queremos seguir viviendo en la Tierra: los automóviles i los plásticos.

Si seguimos construyendo coches sin límite, nuestra vida, como especie, será limitada.

Hay demasiados coches en el mundo, que son bombas de destrucción de la capa de ozono, tan necesaria para seguir viviendo.

Los gobernantes del mundo, deben establecer límites a la fabricación de autos y también tienen que fomentar el uso público para movernos, haciéndolo gratuito para siempre. Esa medida animaría a dejar el coche en casa o a no tenerlo. En cualquier caso, está calculado que ir en servicio público siempre (aunque sea pagando), es más barato que tener un coche, si sumamos lo que cuesta, la gasolina, los seguros, las reparaciones y los accidentes. Esta idea se lo oí decir al filósofo y economista, Jose Luis Sampredo Sáez. Pensador que admiraba.

Es indudable que, con un servicio público gratuito, ampliando la flota y las frecuencias, tendríamos un resultado muy positivo. Los gobiernos del mundo, lo que se gasten en ese tipo de transporte, lo ahorrarían en sanidad y muchos servicios que da el estado y que serían más prescindibles.

Saldría el problema de la ruina de las marcas de coche y concesionarios, pero también se puede prever y haciéndolo largo en el tiempo. En cualquier caso, se puede hacer, como se hizo la reconversión en España, de los grandes astilleros.

Es que, si lo meditamos, el mundo no soportará una fabricación de coches sin límite.

Hay que poner límite y una planificación amplia en el tiempo para reducir su producción.

 

(*) Lo que no pueden impedir, es que los de mi pueblo, acudan a las playas vírgenes al atardecer y hasta entrada la noche, bajo los pinos y para bañarse. Después haciendo un corro de sillas plegables que, a la vez, rodean una o varias mesas, también plegables, donde dan cuenta de una suculenta merienda-cena con productos locales: sandias, cocas típicas, calabacín cocinado, queso de los payeses de Ciutadella o embutidos de cerdo fiables.

 

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En este tiempo de verano, se ven muchas personas recogiendo frutas silvestres y gratuitas, como son las zarzamoras, las alcaparras y los espárragos que crecen en las paredes del campo (también silvestres; no tienen nada que ver con los de la península). A finales de verano, tendremos los higos chumbos y en invierno tenemos las setas.  Las zarzamoras y los higos chumbos, son ricos en fibra alimentaria y, aparte, son deliciosas. Yo hago helado de moras, congelando las zarzamoras, triturarlas todavía congeladas y añadiendo yogurt de coco. Está riquísimo.

Las alcaparras se tienen que tratar, añadiendo sal, agua y vinagre. Con este tratamiento, duran meses.

 

En mi pueblo traducimos del menorquín al castellano, en ocasiones demasiado literalmente: aquí decimos cuando un niño/a está de mal humor, esta malfet/a que significa lo que he dicho antes, pero si lo traducimos tal cual, palabra por palabra, decimos está mal hecha. Así lo hizo mi amiga María: en la playa había una niña que lloraba junto a ella y le dijo a la madre >que está mal hecha< y provocó el enfado, lógico, de la mujer.

También mi cuñada Cristina, tradujo literalmente una expresión muy nuestra al contestar al teléfono, en que le llamaba una amiga peninsular: dijo las últimas que llamaras tu. En realidad, quería decir que ni por asomo pensaba que llamarías tú, es lo que significa esta expresión (se puede traducir de varias maneras, pero literalmente, no).

 

RELATO: LA EXPO DEL AÑO 1992

Cuando era director de Caja Rural de Baleares, en Ciutadella, la Cooperativa del campo, organizó un viaje para agricultores/ganaderos del término de nuestro pueblo (el más grande de la isla), para visitar varias fincas en explotación de Extremadura y aprovechar para visitar Sevilla y la exposición universal que se celebraba allí. Recuerdo muchas anécdotas de ese viaje.

Quedé muy sorprendido de como solucionaron el problema del calor exterior: en las cubiertas de las terrazas, pusieron un sistema parecido al riego por goteo, pero en plan ducha, es decir, tenían en la parte interior del armazón de las mismas, un sistema de microduchas que te refrescaban sin mojarte, porque con la temperatura exterior y porque el clima de Andalucía es muy seco, la ducha era tan leve que te secabas enseguida.

Un sistema que no he visto en ningún sitio desde entonces, hace más de treinta años, ni en Andalucía, que visito con frecuencia hace diez años para visitar a mi hija. En las zonas costeras no sirve el invento, porque tenemos un clima húmedo y contribuiría a estar más agobiado por el calor.

También recuerdo el colorido espectáculo que protagonizaron las rúas brasileñas.

Estuvimos de visita a las fincas donde los agricultores pudieron aprender otro sistema de rentabilizar los cultivos.

Estuvimos tres o cuatro días de visita y fuimos al aeropuerto para dirigirnos a casa. Nuestro vuelo no era directo, era de Sevilla a Barcelona y después tomaríamos el vuelo de la ciudad condal a Menorca.

Pero nos encontramos con el problema de que nuestro grupo era numeroso y demasiado para hacer los dos vuelos seguidos, porque la compañía aérea había vendido demasiados billetes en el vuelo Barcelona a Menorca y el grupo no tenía suficientes plazas para volar a la isla en el mismo día.

Situamos en el número de plazas que no cabían y reclutamos voluntarios para dormir en Barcelona. Para permitir un número determinado de pasajeros que sí podían volar a Menorca ese día. Me acuerdo de las lágrimas que no pudo reprimir una madre joven y primeriza ante la posibilidad de estar una noche más sin ver a su bebé.

Coincidencias de la vida, ese bebé de hace más de treinta años, es hoy en día, una mujer guapa que trabaja en una tienda de alimentación de sus padres y que está cerca de casa, al cual vamos a comprar asiduamente. Le conté esta anécdota y ella sonrió y prometió contarles a sus progenitores.

Los que quedamos a dormir en Barcelona, nos alojaron en un lujoso hotel de cuatro estrellas, (hoy en día no son tan generosos, mi esposa y yo perdimos el vuelo a causa de un fallo de la compañía aérea y nos llevaron a un hotel sucio y viejo). Algunos huéspedes nunca habían estado en un hotel tan suntuoso, que permitió disfrutar de un desayuno de reyes, aparte de las lujosas habitaciones. Fue toda una experiencia muy agradable.

 

 

 

(…) La cortesía es, en primera instancia, la señora de todas las virtudes. Bendito aquel que está iluminado con la luz de la cortesía (…)

Escritos bahá’is