NIEVE
Mi situación, se ha vuelto complicada, pero no desesperada.
Me hubiera gustado publicar este escrito antes, pero he tenido un mes de
enero complejo de caídas, médicos y pruebas sanitarias. También hemos tenido un
viaje inolvidable.
Vamos por partes.
El mes de enero de este año he caído 18 veces, la mayoría sin importancia,
pero hubo dos graves o muy graves, depende de cómo se mire. Lo que debo es
reducir las caídas, el año pasado, en todo el año me caí unas setenta veces. Si
convierto las caídas del mes pasado en una media, me da un numero demasiado
abultado en el año (216).
Mi obligación es reducir su número, si no, podría dar al traste los
remedios que voy adoptando. En estos días estoy realizando un control férreo y
extremo de seguridad, antes de moverme, por ejemplo, situarme en un lugar que,
si me caigo, pueda estar a salvo, como estar delante de un mueble, pero lo
ideal es situarme en el marco de una puerta, donde estoy protegido delante y
detrás. Aparte de que salgo menos. También he hecho una lista de mejoras en
casa, para adaptarse más a mí y a mí movimiento. Esta lista nos la trabajaremos
mi esposa Bel y yo, junto a la terapeuta ocupacional que viene por casa.
Es cierto que he empeorado mucho en mi deambulación. Lo que hace todo el
mundo, inconscientemente, para caminar: mover los pies y las piernas al tiempo
que mantienen el equilibrio; en cambio yo, debo hacerlo de forma completamente
consciente. Si no, me caigo. Hace unos meses, esto no me pasaba, pero
actualmente, arrastro el pie izquierdo de forma inconsciente y se “pega” al
suelo. Por ello, debo concentrarme en el movimiento de esa extremidad para
iniciar mi caminata, dándole órdenes precisas. Siempre ayudado por el caminador
de casa. Siempre.
Actualmente soy como una campana, cuyo badajo, puede ir hacia adelante o
hacia atrás, dado que puedo caerme en ambos sentidos.
El tema del movimiento, ha empeorado mucho, igual que el habla que cuando
quiero emitir algún sonido, me surge poco más que un gruñido. Pero en el tema
de comer no noto nada peor, sigo alimentándome de batidos, purés o comida
triturada durante el día y para cenar introduzco nutrientes mediante la sonda
gástrica, también la utilizo para todos los líquidos. Pero, para evitar un atrangamiento,
debo concentrarme en la comida y su movimiento en la boca hasta tragar,
evitando móvil y otras distracciones. Así que ya sabéis, me estoy volviendo un
experto en concentración.
Otra limitación que me ha surgido, es que no puedo besar correctamente. Los
labios no pueden juntarse y hacer ese movimiento típico de poner los labios
haciendo un círculo. Me recuerda cuando éramos novios y por primera vez nos
besamos en los moros y no salió bien, porque no teníamos experiencia.
Volviendo a las dos caídas graves.
La primera. Me había duchado y apagado el radiador pequeño que tenemos en
el cuarto de baño, pero ese radiador tiene las resistencias encendidas para dar
calor, de forma que, aunque lo apagues, sigue dispensando una temperatura
elevada. Iba sin ropa para vestirme en el dormitorio y estaba a unos cuarenta
centímetros del radiador, en ese justo momento me caigo de espaldas y doy con
mi nalga derecha en la estufa muy caliente todavía, mi mujer no puede impedir
mi caída y me quemo mucho porque tardo más de lo normal en apartarme del
radiador. Resultado, me quemo en la zona más sensible de mi cuerpo y mantengo el
dibujo de la parrilla de la estufa en mi nalga. Si, toda una zona a la
parrilla. Debía tener unos 10 centímetros cuadrados el espacio de piel
quemado.
Con esta caída, completo mis miedos que tenía con anterioridad: caerme por
la escalera (el año pasado, pasó) y quemarme con la estufa. Muchas veces, había
pensado en ambas posibilidades, pero la parte positiva, es que tengo esos
miedos descartados, porque ya se han hecho realidad. Prueba superada.
Como siempre, me recupero pronto, con la consiguiente sorpresa de la
enfermera que me hacía la cura. Esa caída casi no me ha dolido, a pesar de su
aparatosidad.
La otra fue hace unos días, muy grave por lo que estuvo a punto de pasar.
Estaba en la cocina junto a la puerta del lavadero donde tengo mi cartera y
otros documentos en mi bolsa bandolera, para sacar una tarjeta de mi cartera.
Pierdo el equilibrio y caigo del lado derecho, con tan mala fortuna que doy un
golpe contra mi oreja en el canto de una silla de la cocina. Llevaba las gafas,
y mi mujer, aparte de que no pudo evitar mi caída, ve la patilla de las gafas
que está detrás de la oreja, imaginaros el corte que me hice. El pedazo de
oreja se aguantaba solo por un fino trozo de piel. Bel me da papel para
intentar detener la sangre, pero se marea al ver la sangre y la incisión que me
produje. Llama a teleasistencia y el aparato no funciona, llama a mi hijo y no
contesta, llama a un hermano mío que está jubilado, tampoco contesta, llama a
mi amigo Lluis que tiene un estanco a 300 metros de casa y no contesta.
Finalmente llama al 061 y rápidamente viene una ambulancia que me lleva al
Hospital Juaneda, donde me colocan muchos puntos de sutura. Lo chocante es que
apenas me duele.
Pero el cirujano que me lo hace, me advierte de que no puede garantizar que
el pabellón auditivo pueda salvarse. En ese caso, me la amputarán.
A las 48 horas me quiere ver para ver, para comprobar su estado y
certificar si la oreja se recuperará.
No estuve, durante esas 48 horas, nervioso, no. Confiaba en la sabiduría de
mi cuerpo.
Y como no podría ser de otra manera, dos días después el médico me quitó el
vendaje que llevaba en la cabeza y la oreja tenía buen color. Prueba casi
superada (dependo de los puntos).
Dos días antes, había ido al mismo hospital, por una broncoaspiración. Estaba
tumbado en el sofá y tuve una regurgitación del estómago muy abundante, tanta
cantidad, que me llenó la boca y no pude evitar que ese liquido fuera a las
vías respiratorias. Tengo que aclarar que ese episodio no me había ocurrido
nunca. Estuve tosiendo mucho tiempo, tanto, que al día siguiente tenía
agujetas en las costillas. No me sentía recuperado, y en la tarde, decidí
acudir a urgencias de ese hospital. Me realizaron un TAC para comprobar si
tenía restos en los pulmones de ese líquido, aunque resultó negativa esa
prueba, no impidió que me internaran una noche para someterme a observación. Al
día siguiente me dieron el alta, porque estaba restablecido. Prueba superada.
La primera semana del año (del 1 al 6 de enero), nos reunimos toda la
familia (solo falló nuestro yerno, que estuvo a ratos) en una casa grande de un
pueblo cerca de las pistas de Sierra Nevada, donde la mayoría de los míos
pudieron esquiar. Mis nietos mayores, no habían visto la nieve nunca y
disfrutaron de estar en ella. En la foto, aparecen mis tres hijos, mis mayores
tesoros.
Fue un viaje imperecedero, porque no podré olvidar los ratos que pasamos
todos juntos. Especialmente mi nieto Nil, de dos años, que es un parlanchín y
cuando necesita que lo ayuden, grita “ayuda”. 😊
Tuvimos la fortuna de que un día que estuvieron en las pistas nevó. Mi
esposa Bel me acompañó dos días a las pistas, en que anduve con silla de ruedas
y subí con el teleférico hasta la zona donde los míos esquiaron. Naturalmente,
estuve en un restaurante todo el tiempo que estuvieron patinando.
Éramos 10 personas: mis tres hijos, todos mis nietos (4), la novia de mi
hijo menor y nosotros los abuelos. Teníamos el coche de mi hija y la furgoneta
de mi yerno, donde podíamos meter la silla de ruedas.
Por cierto, cada mañana, durante mi sesión de meditación y oraciones, pido
por todos y cada uno de mis familiares directos (8), mediante una oración que
he ido desarrollando gradualmente, pero es mía: Señor protégeles de todo mal
y enfermedad, que progresen día a día y concédeles satisfacer sus necesidades.
Esta otra la hago constantemente: Señor, no me permitas ir en silla de
ruedas.
Es que, utilizar una silla de ruedas en casa, no es una alternativa para
mí, mientras tenga fuerza en las piernas, sería un cambio de 360 grados en la
faena de mi esposa, dado que aumentaría en un 100%.
En esta ocasión solo hablo de mis dolencias, pero creo que valía la pena.
Salud
Amigo Climent. Me alegro de las pruebas superadas y de la filosofía con que te lo tomas todo. Pero cuídate más y procura no caer. ¡Te vas a romper a crisma! Imagino que muchos están aprendiendo de ti a superar sus pruebas. Que cada cual tenemos las nuestras. Y no te empeñes en dar besos; que te los den. Tú abraza y déjate abrazar. A mí me gusta más sentir el abrazo cariñoso de mis nietos, de los amigos... Te daría uno a hora mismo, muy fuerte. Ya sabes cuánto os quiero.
ResponderEliminarEl més positiu de tot és que veig moltes proves superades! Ets incansable! 👏👏👏👏
ResponderEliminarHola Climent, siento mucho tu empeoramiento con las caídas. Tendrás que estar mmuy atento a tus movimientos pqra guardar la estabilidad cudnote muevas. Me ha sonado mucho lo de levantar conscientemente el pie derecho para que no se enganche al suelo. Lo dig porque a mí también me pasa, debido a una hernia discal que tuve. Montse me lo va recordando siempre que salimos a caminar. No sé qué hariamos sin nustras mujeres. Espero que tu tendencia a caerte disminuya. Un abrazo para ti y los que tienes más cerca.
ResponderEliminarQuerido Climent 25 feb 2024
ResponderEliminarFeliz Ayyám-i-Há!!! Hoy he estado leyendo sobre los diferentes calendarios que han existido: además del que conocemos y usamos a diario, el calendario maya (18 meses de 20 días), el judío (lunisolar), el chino (también lunisolar), el zoroastriano, el musulmán, y también el preislámico. Es interesantísimo ver cómo cada calendario organiza los grandes eventos del año, estructura la vida social y marca un ritmo a nuestra vida.
Leí tu publicación al poco de recibirla, y anoté varias cosas que comentar. Estoy seguro de que empecé a responderla y ahora deduzco que algo me interrumpiría y (quizás) no lo completé. No recuerdo haberlo enviado, y ahora tampoco lo encuentro. Como ves, yo también voy perdiendo facultades.
Pero lo que tú haces al describirlo es muy valioso; valioso para ti, porque te mantiene al mando y consciente de todo lo que va pasando; pero muy especialmente muy valioso para muchísimas personas que necesitan entender, saber las diferentes etapas por las que vas pasando, y sobre todo cómo reaccionar ante ellas. Estoy segurísimo de que será muy útil para muchísimas más personas en el futuro.
Me enternece mucho lo que explicas del beso, muy descriptivo. Lo cierto es que los labios son una de las partes más sensibles de nuestro cuerpo. Aunque el sentido del tacto está distribuido por todo el cuerpo, prácticamente toda nuestra piel, los labios tienen algo especial, quizás la temperatura, la cercanía a los dos órganos de otros dos sentidos: lengua-gusto y nariz-olfato, que complementan la sensación agradable del contacto de los labios. Con muchas partes de la piel, es decir con la sensibilidad del tacto (en este caso con los labios), sentimos esa sensación especial cuando entran en contacto con la persona amada; la piel es nuestra ventana de contacto.
Así que en Sierra Nevada. A mí me encanta la nieve, pero solo en fotos o en películas. Soy muy friolero, y en cuanto se me enfrían los pies con la nieve, lo paso fatal. Prefiero dejar la nieve para personas como tu familia, que se ve que disfrutáis de lo lindo.
Me gusta la oración que has compuesto. Yo suelo ir variando por épocas. Últimamente siempre incluyo dos muy breves del Báb que vienen hacia el final de las de “pruebas y dificultades”. Te las copio a continuación:
¡Oh Señor! Tú eres Quien disipa todas las angustias y elimina todas las aflicciones. Tú eres Quien aleja cualquier pena y libera a todo esclavo, el Redentor de toda alma. ¡Oh Señor! Redímeme por Tu misericordia y cuéntame entre aquellos siervos Tuyos que han logrado la salvación.
El Báb
¡Te imploro por Tu poder, oh mi Dios! No dejes que me asedie ningún daño a la hora de las pruebas y, en momentos de negligencia, guía mis pasos rectamente mediante Tu inspiración. Tú eres Dios; potente eres Tú para hacer lo que deseas. Nadie puede resistir Tu voluntad ni frustrar Tu propósito.
El Báb
Te deseo un mes de marzo con menos sustos y contratiempos que el de febrero.
Muy afectuosos saludos de tu amigo Nabil