PI VER
En
Menorca, los que ya tenemos más de cincuenta años, solemos utilizar esta
expresión para referirnos a un pino piñonero. En menorquín decimos pi
para referirnos a un pino y ver (se pronuncia ve) para decir que es
auténtico, que es piñonero. Se distinguen por su frondosidad y diferente hoja.
También tienen el tronco más rojizo (foto).
La
mayoría de pinos de Menorca no son auténticos, son corrientes y solo crean
piñas sin piñones. Los pinos verdaderos son una excepción en esta isla,
pero los normales se pueden desarrollar más, como uno que está en la
urbanización de Cala Galdana, que tiene la protección del Gobierno Balear por
su carácter de único, dada su enormidad.
Los
pinos de La Vall, no son tan grandiosos como el de Cala Galdana, pero son más
numerosos y suficientemente grandes. He enseñado a mi nieta Elia a abrazar los
pinos, porque siento que transmiten mucha energía positiva. Además, de esta
forma, mi nieta respetará a los árboles. Pienso repetirlo con Nil, mi nieto
menor.
Sigo
paseándome en triciclo por La Vall; a pesar de que no me puedo bajar del
vehículo, saboreo los pinos que me rodean en una zona precisa de este lugar y
disfruto de su presencia. Es la parte positiva de mi enfermedad: disfruto de
cosas que antes ni veía y ahora me fijo más. Como las grandes aves, que gozo
ahora más. Esta semana yendo en mi triciclo, pude observar muy bien el milano
que volaba bajo encima de mi cabeza, por eso pude ver bien su cara. Es
precioso.
Mis
paseos por la Vall, tienen la recompensa muchas veces, del avistamiento de esos
pájaros majestuosos.
Ahora
salgo más en triciclo, unas tres veces a la semana y recorro unos 100
kilómetros, en total. En un año llevo unos 2.000 kilómetros, pero con la bici
de montaña, eran más de 5.000 al año. Mis salidas anteriores eran de unos 40 y
podría llegar a 60, excepto cuando iba de viaje, que podía llegar a 100 al día.
Actualmente son de 30 o 35 kilómetros. Antes podía llegar a una velocidad de 70
o 75 y ahora a los 30 o 35, freno.
En
cuanto a mi enfermedad y su progresión, avanza. Pero todavía puedo tener mi
autonomía. Ya expliqué que cualquiera actividad que realizo (excepto sentado),
me cuesta mucho, por eso, voy muy cansado y duermo más de ocho horas, contando
la siesta del mediodía, que es un placer.
No
sé si habéis dado de comer a un bebé de un año, que ya come fruta batidos o
papilla. El bebé no controla la lengua ni los labios correctamente y el que le
da la comida, tiene que ir recogiendo con la cuchara lo que va saliendo de la
boca o lo que no entra.
Pues
es lo que me pasa a mí: dado que la lengua no cumple su función, los labios no
cierran correctamente y tomo muchos purés y batidos, la comida me resbala por
la parte exterior de la boca y la recojo con la cuchara como si fuera un bebé.
Por
ese mismo motivo he dejado de acudir a restaurantes y he rechazado la
invitación de mis antiguos compañeros de trabajo jubilados, para tener una
comida en un restaurante antes de Navidad. Las reuniones de amigos y
familiares, son para charlar y disfrutar de una buena comida. Yo no puedo hacer
ni una cosa ni la otra.
Lo
que llevo fatal, es mi agobio por la mínima cosa, incluso por un contratiempo,
por ejemplo, ayudar a mi mujer a rellenar el edredón de la cama con su relleno,
si no me sale la maniobra, me basta para agobiarme. Supongo que es un ataque de
ansiedad, pero el síntoma determinante es tener un nudo en el estómago que, si
no dejo de hacer lo que me produce el agobio, podría acabar en un ataque de
nervios. Es otra patología que sufro.
En
fin, voy lidiando con las limitaciones que me ha puesto la vida,
pero con deportividad, sin dejarme llevar por el pesimismo y valorando
mucho más lo que sí puedo hacer.
Últimamente
voy bien de caídas. Sigo cayendo, pero las caídas, la mayoría, no tienen
consecuencias. El balance es positivo. El verano me ha traído dos costillas
rotas, pero también he evitado muchos desplomes y estoy animado con este
resultado.
Hemos
reemprendido las clases de lenguaje de signos, mi mujer y yo, a cargo de una
persona sorda que nos hace de tutor (Marcos), empleado de la Fundación para
personas con discapacitad de Menorca y estoy animado porque, aunque es difícil
para una persona que no utiliza ese lenguaje de forma constante, vamos
reteniendo conceptos y signos. Nuestra idea es aprender nosotros dos para
comunicarnos sin artilugios electrónicos, pero nuestro tutor me ha animado a
utilizar saludos y otras expresiones del lenguaje de signos con la gente que
voy encontrando a diario, con el propósito de normalizar este lenguaje. Ya he
dicho buenos días a mi fisioterapeuta y he dado las gracias el hombre del bar
que me sirve café. Reaccionan muy bien y tú te sientes mejor.
¿Sabéis
como decir que no “hable” a un sordo? Como lo que hacemos con los que
hablan, al ponernos un dedo delante de la boca estando cerrada y decimos
silencio o hacemos un ruido con la boca que calle (shiit), pues a un sordo que
le quieras decir que no “hable” le muestras tus manos y te las pones en
los bolsillos. Así está quieto.
He
publicado un video en mi cuenta de Instagram, donde aparezco escribiendo
mi nombre con signos y saludando con ese lenguaje, de mañana, tarde y noche. Ha
tenido más de 3.000 visualizaciones y muchos comentarios positivos.
La
semana pasada estuvo en casa una sobrina jovencita. Vino para entrevistarme
sobre mi enfermedad, para un trabajo serio de su colegio, que implica
investigar. Le suministré mucho material gráfico que incluye mucha información
de la enfermedad, incluso un video muy bueno que explica perfectamente mi
variante de la enfermedad (esclerosis lateral primaria), además de la
información que le proporcioné en casa.
Ahora
ella, con todo este material preparará el texto definitivo a presentar al
tribunal que la examinará. Deseo que tenga buena nota.
BAHA’ÍS
IRAN. –
Si
era posible, el gobierno iraní ha dado una vuelta de tuerca en su represión a
esa comunidad perseguida. Digo si era posible, porque parecía que no era
viable que pudieran atropellar más a mis compatriotas en la fe, por parte de
ese régimen clerical. Pero lo han hecho, han arrestado a muchos bahá’is. Algún
caso es cruel, como las dos madres de niños pequeños, que hace meses que no
pueden ver a sus hijos.
En
Shiráz, han detenido a diez mujeres, sólo por ser baha’ìs. Han entrado en sus
casas, ilegalmente, porque no tienen orden judicial y han atropellado a sus
moradores, aparte de que han destrozado esos hogares buscando pruebas para
inculparlos. Al no encontrar nada han requisado todos los aparatos electrónicos
que han encontrado, para después llevarse detenidos, sin acusarles de delito
alguno, (su infracción es ser bahá’is) a los dueños de esas casas.
Ayer
supimos que, para justificar el encarcelamiento de los bahá’ís, el régimen está
presionando a amigos y familiares para que denuncien a esas mujeres. Esa es la
calaña de este gobierno.
Mhavash
Sabet, es la poetisa bahá’í e iraní que escribió un poemario sobre su rutina de
diez años injustos de cárcel, en el libro POEMAS ENJALUADOS, que ha tenido
muchos reconocimientos internacionales.
Esos
años fueron entre 2008 y 2018, pero el año pasado fue nuevamente condenada a
diez años de cárcel más, por no haber aprendido la lección en el encarcelamiento
anterior.
Este
mes de noviembre, Mhavash ha escrito una carta desde la cárcel de Evin,
protestando por la presente campaña incrementada de acoso hacia los baha’ís de
ese país, pero también informando con detalle de su experiencia en el arresto
anterior explicando que sus captores, fueron crueles incluso en el momento de
libertarla, al dejarla libre un día antes de lo que se había informado a sus
familiares e impidiéndole hacer una llamada por teléfono. Por tanto, se vio en
la calle, sin dinero y sin teléfono. Al prestarle un móvil una persona, solo
pudo avisar a su marido, porque los números de teléfono de sus amigos, los
había olvidado.
Una
vez reingresada en la vida normal, evidenció que el paso de los años había
hecho mella en ella y mucho más en amigos mayores que ella, que ya habían
fallecido. Fue muy desagradable preguntar por una persona determinada y siendo
informada de que era difunta. También fue una experiencia amarga recordar una
cara y no acordarse de su nombre.
Recuerda
lo desventurado que resultó para los baha’ís, la revolución de Jomeini, hace
más de 40 años, en que ella, que solo tenía 26 años, (ahora tiene 70) fue
despedida del trabajo debido a sus creencias y ella, su familia y sus
correligionarios se convirtieron en los otros.
Lo
que no dice, pero tengo la certeza, de que ha tenido que soportar (y todos los
baha’ís de Irán) casi una vida de opresión y dificultades desde la revuelta de
los sacerdotes, hace 43 años.
Cuenta
lo difícil que fue volver a la rutina de casa y con su entorno, tanto, que
desarrolló agorafobia, por las limitaciones que había sufrido en la cárcel en
contraposición al vertiginoso ritmo de una ciudad iraní. Ahora, de nuevo
encarcelada, tendrá que volver a desaprender su vida en su hogar.
Reclama
una vida digna en el país que ama, disfrutando de los derechos civiles y
recuerda que su casa fue requisada por las autoridades, donde había vivido
muchos años felices y nacieron sus hijos.
Esa
es una gran prueba y no la mía. Si tenéis un problema grave en vuestra vida,
acordaros de esta gran mujer y veréis reducido vuestro problema.
Antes
de finalizar, tengo un recuerdo por las victimas de Gaza (el numero de personas
muertas, a causa de este conflicto, es insoportable -este concepto la había escrito antes de que Pedro
Sánchez se lo dijera a Netanyahu-)
e Israel (más de 1000 muertos a sangre fría mayormente de civiles), deploro esta
guerra que han comenzado los dos bandos. No juzgo quien tiene motivos para
atacar o defenderse. Critico el fracaso de los responsables políticos de esa
guerra y apoyo lo dicho por John Steinbeck: Toda guerra es un síntoma del
fracaso del hombre como animal pensante.
“¡Oh gente de la tierra! Una vida solitaria y la severa
disciplina, no encuentran la aprobación de Dios”
Escritos Bahá’ís
De nuevo nos llega tu serenidad y tu fortaleza, amigo Climent. Me alegro de que no te caigas tanto y de que aprendas a comunicarte con el lenguaje de signos. Hay tanto sufrimiento en el mundo... que lo que nos toca a nosotros es fácil de llevar. Gracias a la Vida que nos ha dado tanto. Y me alegro de que saborees las cosas pequeñas, pero bellas, que vas viviendo día a día. Un fuerte abrazo.
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