AMOR
Aunque
la enfermedad sigue avanzando, no me quejo porque el balance entre aspectos
positivos y negativos, cuando comparo con otros enfermos, resulta satisfactorio
para mí. Estoy en un grupo de whatsapp de enfermos de ELA de toda España y he
visto que me mantengo equilibrado dentro de la gravedad de mi dolencia.
Aproveché
para plantear al grupo (formado por más de 200 personas), si alguno tenía algo
parecido a lo que me pasa cuando me emociono mucho, que me produce síncopes y acabo
perdiendo el sentido. Resulta que soy especial. Aunque algunos tienen mucha
facilidad, como yo, de emocionarse, no he encontrado a nadie que pierda el
sentido. Lo cierto es que, últimamente, me pasa pocas veces. Ojalá que dure.
Las
caídas siguen. Este año, llevo recuento. Me he caído más de 40 veces, desde
principio de año (también anoto los días que no me caigo). Naturalmente, la
mayoría no tienen importancia o las consecuencias son mínimas, pero he tenido
cuatro o cinco caídas cuyas secuelas han tardado en curar. Ya lo dije: siempre
tengo una parte de mi cuerpo que me duele de alguna caída. Algún moratón no se
ve y no soy consciente de él, excepto cuando mi mujer me ve desnudo y me informa.
Asimismo,
me caigo por el mínimo estorbo. Solamente al enganchar un pequeño elástico en
el andador, me caí de espaldas. Cuando me levanto de la silla de la cocina,
parece que ese mueble tiene pegamento, porque me cuesta desprenderme de ella,
debido a que los pies no responden como deberían. Ir lentamente en línea recta
y viendo que no hay ningún obstáculo a la vista, no tengo ningún problema,
excepto cuando no domino mi mente, que me traiciona con un ataque de pánico y
me bloquea las piernas. Con el tiempo estos ataques son más frecuentes, debido
al incremento de la frecuencia de las caídas.
Mantengo
la opinión que tenía cuando montaba en bicicleta: prefiero la sangre que las
torceduras o esquinces, porque la sangre se cura en una semana y las luxaciones
duran meses.
Otro
tema que me sucede con mis derrumbes, es que, necesariamente, debo ser más
lento en hacer las cosas, cosa que choca con mi natural temperamento. Pero la
frecuencia de las caídas así me lo enseñan. Otra prueba para mí, porque
necesito aceptar que soy lento y no puedo hacer tantas cosas como antes. Deberé
cambiar mi agenda y dejarla más libre, porque tal como está me produce mucha
frustración.
Valga
como ejemplo el desayuno, si no me ayuda mi esposa, tardo media hora, porque
debo acarrear muchos y diferentes elementos para prepararme esa comida, que
transporto en el andador que luego la tomo triturada.
O
para salir de casa, debo hacer uso de la silla salva escaleras, que es muy
lenta. Sin embargo, no había remedio. Ya era muy peligroso bajar la escalera
interior de casa. Ha sido muy cara, porque debe salvar dos curvas, pero es
práctica y ha quedado bien (aunque, repito, es muy lenta).
Una
enfermedad grave, pone a prueba todo matrimonio. O te unes más o te separas.
Conozco varios casos, que los cónyuges de un enfermo/a, lo han dejado al
cuidado de su madre.
Pero
también conozco casos de todo lo contrario, como Juan Carlos Unzué, que no se
cansa de repetir que, con su esposa María, han iniciado una etapa de un
incremento de su amor mutuo. Estoy satisfecho de poder decir que a mi esposa y
a mí, nos pasa lo mismo. Hemos alcanzado un grado de compenetración,
connivencia y complicidad, que nos hace la vida más fácil.
En
cuanto al libro, aunque su venta se ha reducido, sigo recibiendo muchos
reconocimientos y satisfacciones, gracias al mismo.
Por
cierto, si queréis adquirirlo, sólo con enviar un mensaje por whatsapp al
616054998, solicitándolo y nos pondremos de acuerdo. Os recuerdo que los
beneficios del libro, serán donados a la Asociación de ELA de Baleares y que
solo cuesta 15 euros.
La
cuenta de Instagram (ELACONMIGO), para promocionar el libro, a la que me
empujaron mis hijos, ya tiene quinientos seguidores y uno de los videos
subidos, se ha visionado más de cinco mil veces.
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Os
narro una experiencia tenida, hace más de 15 años, en la época de montar en
bicicleta de montaña, aquí en Menorca. Con unos amigos decidimos hacer una ruta
difícil por la costa del norte de nuestra isla. Es uno de los tramos más
difíciles del Camí de cavalls (camino de caballos) que bordea la costa de
Menorca. Esa ruta contiene (o contenía), el descenso más complicado montando en
bici (subir esa cuesta ya no es posible, a no ser que seas todo un campeón).
De
forma que, bajando en bici, es necesario ir muy lento, con mucho tiento y
vigilando por donde pasas, porque el terreno es muy irregular y con multitud de
obstáculos. Ese día, después de pasar por una curva peligrosa y enfilar la
recta final, intuí una imagen que no era posible. Cuando digo intuir, me refiero
a que casi no podía levantar la vista del suelo, por los motivos que he
expuesto y la fracción de segundo que podía alargar la vista, veía un coche al
final de la pendiente y eso no me parecía posible, porque se trata de un camino
en muy mal estado y el coche que veía era un turismo. Asimismo, el final de ese
camino está bloqueado con una pared.
Cuando
hubimos bajado ese repecho, comprobamos que sí, que era un coche de alquiler y
la pareja de extranjeros estaban muy apurados, porque cuando querían desandar
el camino hecho, no podían porque el coche era poco potente y el conductor
pesaba más de 100 kilos y con casi dos metros de altura.
Lo
intentó varias veces en nuestra presencia y no lo consiguió. Entonces, y esa es
la anécdota, se me ocurrió montar en el coche e intentar sacarlo de ese
agujero, porque pesaba la mitad de aquel hombre. Lo hice y lo conseguí, pero
tuve que conducir a gran velocidad para que no quedar parado (lo que hubiera
producido su bloqueo total), no obstante, me asusté a esa velocidad tomar la
curva peligrosa que no tiene protección alguna, porque el camino no está
preparado para vehículos.
Finalmente,
todo terminó bien y tuve el agradecimiento de esa pareja de turistas. Después
averiguamos que los habían engañado y les habían dicho que había una playa
bonita. Sí, allí está la cala hermosa, detrás de la pared…
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BAHA’IS
PERSEGUIDOS. -Estos días, los bahá’is de más de 240 países y muchos amigos
nuestros, recordamos la gesta de diez valientes mujeres iraníes, hermanas en la
religión que profeso que, en junio del año 1983, hace 40 años, fueron ahorcadas
por el régimen de Jomeini, por no renegar de su Fe y creer en la igualdad de
hombres y mujeres o en la utilidad de trabajar por un mundo unido.
Entre
las mujeres ahorcadas, estaba Mona, de sólo diecisiete años, por dar clases a
niños sobre religiones comparadas.
Sus
verdugos fueron tan crueles, que sometieron a esas mujeres a presenciar el
ahorcamiento de sus compañeras, en un intento de hacerles flaquear y renegar de
su fe. Objetivo que por supuesto no consiguieron.
He
encontrado una crónica de Iranwire, sobre la vida y valentía de una de las
mujeres y contiene una poesía muy hermosa. Se refiere a la prisión donde
estaban cautivas, en la hermosa Shiraz. “Esta noche vengo de la prisión de
Adelabad, hogar de espíritus libres y mariposas que han sido consumidas por las
llamas del cariño; donde de sus altos y pedregosos muros, espíritus más grandes
que sus muros están encadenados; donde cada piedra grita de asombro, asombradas
por héroes sin nombre cuyos gritos silenciosos traspasan los altos muros de las
mazmorras de los tiranos y un día traspasarán los sueños de los malvados y
despertarán al mundo.”
Hace
unos días, varios hombres armados Houthis, facción que de facto mantiene el
poder en Yemen, país filial de Irán, asaltaron violentamente e interrumpieron
una reunión pacífica de bahà’is y se llevaron sin contemplaciones e hicieron
desaparecer a diecisiete personas.
Se
trata del último golpe asestado a la comunidad bahá’i de Yemen, que está
gravemente perseguida en ese país, según informa la Comunidad Internacional
bahá’i, que acaba su comunicado pidiendo la liberación inmediata de los
detenidos.
Los
bahá’is de todo el mundo estamos denunciado estos actos que violan los derechos
humanos de nuestros correligionarios.
A
un bahá’i encarcelado, le preguntaron que le afecta más de su privación de
libertad, contestó: no poder trabajar por el bien de mi país.
Mi
recuerdo para mis hermanos en la fe.
Si
hubiera una forma de enviar un abrazo fuerte a esas personas que sufren por el
totalitarismo, lo haría.
“Si las acciones, tomaran el lugar de las palabras, muy pronto
la miseria del mundo desaparecería”
Escritos
bahá’is
Me alegro, Climent y Bel, de que vuestro amor no se resquebraje en esta dura prueba, sino que se fortalece. Bien sabes que estamos en este mundo para aprender a amar. El sufrimiento suele ayudar mucho si se sabe llevar. La felicidad se esconde bajo una cáscara dura y amarga como la nuez.
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