UN SOLO PAIS

 

RELATO

 

 

Me comprometí a narrar el momento de hacerme bahà’í y las anécdotas acaecidas.

Era un joven activo en los movimientos de la iglesia católica. En realidad, era un líder juvenil del centro catequístico San Miguel. Pero no permanecía estático e impasible, tenía y me planteaba muchas dudas. Estuve a punto de entrar en política.

Entonces, surgió la alternativa. Mi padre recibió una invitación para asistir a una charla, en la biblioteca que la Caixa tenía en Ciutadella. La vi y me animé a acompañar a mi padre.

Después supe el sistema que habían utilizado para invitar a la gente: con el listín telefónico, buscaron los primeros nombres de cada letra donde figuraba el domicilio. Si sois jóvenes leyendo este blog, no sabréis de que hablo. Telefónica te traía a casa un libro, donde podías ver el número de teléfono, nombre, apellidos y dirección de todos los que tenían aparato de telefonía de tu provincia, ordenado alfabéticamente. Y Sabater es de los primeros nombres de la letra S.

No recuerdo ni el título ni el contenido de la conferencia, pero ésta cambió mi vida por completo.

Entré en contacto con mis futuros correligionarios que vivían en Menorca, y comencé a asistir a sus reuniones en compañía de algunos amigos. Al cabo de unos meses, me convertí en el primer bahá’í de Ciutadella.

La persona que dio la charla, se convirtió en mi amigo y padre espiritual (junto a su esposa). Era un matrimonio que se habían trasladado a Menorca, para enseñar la Fe. Sus dos hijos, nacieron en la isla. Llegó a haber un buen grupo de creyentes de la península, que vivían en Maó o Villacarlos.

Fue una decisión con muchas consecuencias negativas (por ejemplo, el día de mi boda) pero resistí la embestida, a pesar de mi juventud.

Hay una anécdota al respecto, que tiene que ver con el lugar donde trabajaba desde los 13 años. Era una gestoría. Mi jefe, en ese tiempo, compatibilizaba su trabajo en la empresa, junto con el cargo de director de oficina bancaria, situada en frente de la gestoría. El banco, participó con un stand, en una exposición de cara al turismo. Y enviaron a una chica joven que lo atendiera. Se llama Palmira y sólo nos saludamos cuando venía por la gestoría para hacer algún trámite con mi jefe. No hablé mucho con ella.

Al cabo de unas semanas, comuniqué le noticia de ser el primer bahá’i de nuestra ciudad. Mi jefe hizo muchos aspavientos y con razón. Aparte de afirmar que era muy meritorio ser el primero de cualquier cosa, me informó de que Palmira era bahá’i y que, en el stand del banco, dio una charla de introducción a la Fe. No estuve en el momento que dio la charla y aunque Palmira venía por la gestoría y nos saludábamos, no nos conocíamos y no sabíamos de nuestra condición religiosa.

No la he vuelto a ver más, pero vive en Chile y conté esta anécdota unos años después, al que era su marido en ese tiempo. Y han pasado más de 40 años de esta anécdota.

Cuando me hice bahá’i debía tener unos 20 años y me casé a los 22, fue un día muy largo porque mi enlace fue triple: aparte de la ceremonia de mi religión, antes hubo la católica y civil.

A veces, bromeo con mi mujer que, si nos separamos, estaremos muy ocupados en deshacer lo que hicimos 😊

Cuando lo pienso, me sorprendo del valor que tuve, totalmente solo, enfrentándome a muchos problemas, como por ejemplo un banquete sin alcohol (los seguidores de mi religión, no lo tomamos) o no bautizar a nuestros hijos. Fue la primera boda mixta que se recuerda (mi esposa no se había declarado bahá’i todavía).

 

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Decía en otras publicaciones. que no me había caído nunca desde que utilizo el andador. Incluso en el viaje a Centro Europa, me fue muy bien. De hecho, mi caída durante el viaje fue por abandonar, momentáneamente, el caminador.

Pero estos días he sufrido la primera caída con esa ayuda técnica. Fue por mi culpa, porque no presté suficiente atención para subir el pequeño peldaño, que tenemos en la entrada del edificio de viviendas que vivo.

El andador, se quedó bloqueado, cayó delante de mí y yo caí encima de él. Con resultado de fuerte contusión en el pecho.

Tengo claro que, si sigo siendo tan rápido en mis movimientos, a veces muy decidido, me caigo.

En cambio, la gente que no veo con regularidad y saben de mi dolencia, se sorprenden de mi semblante. Es que, supongo cuando reciben la noticia de la gravedad de mi enfermedad, se imaginan que tendré un aspecto acorde con su grado. Pero me ven por la calle con caminador, andando sin dificultad y con aspecto saludable y por eso se sorprenden. Me imagino que porque se habían construido una imagen mental de que estoy mucho peor.

 

IRAN

El país sigue convulso. El mismo día en que se celebraba el final de los 40 días de luto por la muerte de Mahsa Amini, con miles y miles de personas marchando a pie al cementerio donde está enterrada la joven, a pesar de la presencia policial, hubo en atentado en la mezquita Shah Cheragh, de Shiraz, que se atribuye el Isis a través de un comunicado, con 15 muertos y más de 40 heridos, en que tres hombres dispararon sus rifles contra la multitud que rezaba.

Durante mi viaje a Irán, visité esta mezquita, la más hermosa, fastuosa y enorme de Shiraz.

Es otro motivo de tristeza para la gente de aquel país.

He leído en prensa, diferentes entrevistas a varios expertos, que no pueden predecir cómo va a terminar esto. Tampoco se atreven a afirmar, es una constante con las personas entrevistadas, que acabe el régimen derrocado.

Pero de momento, hay muchas personas muertas, gran conmoción y preocupación y, ya digo, tristeza entre la gente.

El sistema que gobierna Irán con mano de hierro, ha emprendido una guerra contra sus ciudadanos, solo para mantenerse en el poder.

 

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El viaje reciente que realicé junto a mi esposa, atravesó países europeos y fronterizos. Aparte del lio con la moneda, diferente en cada país, también existía el problema de la lengua que, por ejemplo, el húngaro, se dice que es de los idiomas más difíciles de aprender del mundo. Su lengua es tan precisa que los húngaros no necesitan gesticular en el momento de hablar, como hacemos la mayoría. Si no fuera por los guías locales, no nos comunicaríamos en esos países.

 

Imaginaros que todo el mundo hablara la misma lengua, un idioma auxiliar, diferente de la vernácula, que fuera aprendida en el colegio.

Imaginaros…

Para ello se necesita de un acuerdo universal, por el que los representantes de todos los países elijan uno existente o de nueva creación. Solo tendríamos que aprender un solo idioma, aparte del nativo. Y, de esa forma, al llegar a un país extranjero, sería como llegar al propio país.

Ya hubo intentos, como el esperanto. Pero creo que el inglés tiene la batalla casi ganada. Hoy en día, el inglés es considerado cultura general.

 

“… Se aproxima el día en que todos los pueblos de la Tierra habrán adoptado un idioma universal y una escritura común…”

 

(Escritos Bahá’ís)