MAHVASH
El régimen de “apartheid religioso”
(calificativo acuñado por mi amiga Behnoush), que gobierna Irán, ha abandonado
su hipocresía y, claramente, ha incrementado la represión (vigente desde hace
40 años) de los baha’ís de aquel país. Consistente en la detención de más de un
centenar de creyentes de nuestra religión, allanando sus hogares y destruyéndolos
totalmente, hasta los cimientos, en algunos casos. Y confiscando los solares
(robándolos), ilegalmente.
Entre los detenidos, está -otra
vez- Mahvash Sabet, escritora y poetisa, conocida por su libro POEMAS
ENJAULADOS, escrito durante su cautiverio injusto (de 2008 a 2018). Sólo por
ser bahá’i y pertenecer al grupo Yaran (amigos). Eran siete personas que, tras
ser declarada ilegal la administración bahá’i, fueron nombrados para proveer de
las necesidades mínimas (entierros, bodas, etc.), de esa comunidad perseguida.
Ellos tuvieron la iniciativa de
presentarse y explicar el alcance de su cometido, a las autoridades
gubernamentales, desde el primer momento. Y durante unos años, pudieron
realizar su labor. Pero, en el año 2008, fueron encarcelados, sin pruebas del
delito por el que fueron juzgados.
Nuestra Mahvash, se dirigió al
juez, que terminó condenándolos, recriminándole que no tenía pruebas para
penarlos y exigiéndole terminar con esa burla de juicio; había quedado claro, desde
el principio, que los iban a condenar.
Su libro POEMAS ENJAULADOS,
obtuvo un galardón del Club PEN Internacional. Asociación mundial de escritores,
con 25.000 socios e incluye todo tipo de personas dedicadas a las letras:
escritores, periodistas, historiadores, traductores e incluso, blogueros. La
asociación cuenta con 149 centros PEN internacional independientes,
distribuidos en más de 100 países. (información facilitada por Wikipedia).
Los socios del PEN de Francia, han
emitido, hace unos días, un comunicado, en el que protestaban por la suerte de
Mahvash, deploraban la persecución a la libertad de expresión, en Irán, y
termina prometiendo llamar la atención de las autoridades francesas, para que
se asocien a su protesta.
En otro comunicado, esos mismos
escritores franceses, afirman sentirse “inquietos por la situación de la
creadora, la señora Sabet, sin otro motivo que su adhesión a la Fe Bahá’í”
Su libro, fue escrito en
servilletas y pedazos de papel y puestos a salvo, con la colaboración de amigos
y familiares, durante sus visitas a la cárcel,
Ella, no quiso salir de Irán, al
final de su injusto encarcelamiento, por el amor a su país.
Para los bahá’ís de todo el
mundo, Mahvash, es una antorcha que brilla por su resiliencia, valentía,
desprendimiento y fe.
Desconozco si el gobierno
español, ha puesto en práctica lo ordenado en la Proposición no de Ley aprobada
en el mes mayo, por el Congreso de los Diputados, por la cual, debía reclamar a
su homólogo iraní, el respeto de los derechos de la Comunidad Bahá’i en ese
país. Si no lo han hecho, se ha vuelto ahora más necesario que nunca. No sólo para
Mahvash, si no por todos los detenidos, en las tres últimas semanas.
Incluyo enlace de la entrevista a
mi amiga Rima, donde se explica con más detalle, el alcance de este nuevo
episodio de represión hacia los bahá’is.
http://tvgirona.alacarta.cat/lentrevista/capitol/l-entrevista-_-rima-shermohammadi-_-11-08-2022
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En la anterior ocasión, me referí
a la necesidad de colaborar con la tarea ingente y urgente, de frenar el cambio
climático que se acerca.
No podemos quedarnos desligados
del problema. Formamos parte de este mundo, para lo bueno y lo malo.
Pero, a pesar de cumplir con esa
labor, no nos convierte en jueces. Me refiero a que no podemos exigir a los
demás satisfacer esa necesidad. Es decir, mi vecino, en este momento, no me
puede recordar o exigir, que recicle y separe, por ejemplo.
Eso es responsabilidad de cada
uno. Si no se obliga por imperativo legal, queda en el terreno de lo ético. Y
sobre ética, nadie puede otorgarse la autoría o pertenencia.
Otra cosa es divulgar la
necesidad que existe, como decía hace 15 días, pero INSISTO, sólo de forma
general. No concretar en individuo alguno.
Esta es mi opinión.
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En cuanto a mi día a día, estoy
muy ilusionado con las ayudas a mi movilidad: el andador y el triciclo. Con el
primero, gano mucha seguridad para deambular y, con el segundo, después de las
pruebas realizadas, se confirma que podré pasearme por la Vall y otros lugares.
Y recuperar el ejercicio físico, que me proporcionaba la bicicleta. (aunque no
será lo mismo).
También noto mucho mi lentitud (para
evitar las caídas), porque me he dado cuenta que ya no hago tantas cosas al día,
como antes.
Pero esto también lo he aceptado.
En una publicación anterior, me
refería a los aprendizajes que me ha proporcionado mi enfermedad. Di cuenta de
que, ahora, nunca critico ni murmuro. Y últimamente, me he aficionado a no
discutir, ni protestar.
Al principio, cuando inicié este
blog, explicaba que estaba luchando contra la enfermedad. Ahora, ella es la
mejor profesora.
Mi hija y sus hijos, se fueron
hace unos días y volverán a finales de mes. Cuando estaban todavía aquí, un
sábado por la mañana, también mi hijo menor, que no trabajaba ese día y mi
nieta mayor, Katrina, que había quedado a dormir en casa. Se pusieron a
desayunar junto a mi mujer y a hablar entre ellos; estaba trajinando yo en la
cocina y descendió sobre mí, en ese momento, uno de esos instantes de felicidad
completa, debido a sus conversaciones amigables y felices.
Este verano, Menorca, tiene una
afluencia fenomenal de turismo, que llenan las playas, calles y terrazas de
bares y restaurantes.
En alguna ocasión, me he fijado
en las caras y las expresiones de las personas sentadas a la mesa de un
restaurante y he visto su despreocupación por apreciar la suerte que tienen, de
comer bien y conversar. Es muy natural. Lo mismo pasa con bajar una escalera
corriendo.
Pero claro, también es natural,
que yo constate lo que he perdido.
Inevitablemente, pienso que la
gente, diríamos normal, no aprecia los dones que la vida pone a su alcance. Los
humanos, no apreciamos los beneficios de que disfrutamos, hasta que los hemos
perdido. Como me pasa a mí.
Cuento esto para que reparéis,
que es normal que aprecie esos pequeños placeres de la vida, como lo descrito
más arriba. O la satisfacción de mantener mi autonomía, gracias al triciclo y
andador.
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