LA ENFERMEDAD QUE ME ACOMPAÑA

  PORQUÉ ESCRIBO (poema) Mi necesidad de escribir, no la hallaréis en mi limitación. No es justificación de ella.   Va más allá. Escribo para transmitir lo que siento vivo en mí, lo que creo. No conseguía transmitir mi mensaje cuando tenía voz. A lo mejor, escrito, se produce el milagro. Escritas, las palabras, son más meditadas, no tan precipitadas. Las palabras, escritas, tienen vocación de permanencia y no están colmadas de irreflexión, ni de visceralidad, tampoco de calumnia involuntaria, como las frases pronunciadas.   Pero mi concepción de la escritura no es necesariamente artística. Es compromiso, voluntad de cambiar las cosas, romper el statu quo, necesidad de sentirme útil. No soy tan radical como el juglar cuando afirma, “Maldigo la poesía del que no toma partido. Partido hasta quemarse” No obstante, siento una gran pasión por mis creencias a las que he dedicado mi existencia transformándolas en mi forma de vida.           Fui al Hospital de Bell

  RELATO (poético)   Son Saura concierne al reino de mi infancia  grabado en mi memoria, como la mejor remembranza. A través de un cúmulo de nostalgia, vívidamente las imágenes permanecen. Las visualizo como un paraíso. Éramos los amos de la playa. Los majestuosos pinos nos pertenecían. El pozo cercano nos saciaba. El predio abastecía comida. Infinitos eran los juegos, en la playa, en las dunas, escondiéndonos tras los formidables arbustos. Al despertar, las hojas de los árboles, al deslizarse por nuestro habitáculo, crearon un sonido indeleble en la retentiva del niño que era. Y el trino de los pájaros, crearon mi necesidad de observarlos. ¡Y cómo olvidar las entrañables noches de verano! Pero… sólo son recuerdos. He suspirado al observar el pozo cegado, los juegos rotos, la playa invadida, los árboles caídos.   La foto tiene más de 50 años. Era nuestro campamento en Son Saura, a escasos metros de la playa. Sólo falta mi padre y mi tío (el que hizo la foto) pero estamos mi madre, mi h