POEMA
Cuidado con lo que deseas, pensó.
Su sueño se hizo realidad. Y partió a Irán.
Quería beber de la Fuente.
Quería volver a inspirarse visitando aquel país.
Quería escribir un relato, novelar unos hechos
históricos, que lo tienen alterado desde que era un jovencito.
De acuerdo con lo que le indicó una persona con experiencia,
puede ser que no hubiera viajado antes, porque no era su momento. El momento
era aquel.
Cuando aterrizó en Tabriz.
A pesar de que ya no era un joven y tiene una cierta
discapacidad para comunicarse.
Ya se lo había imaginado. Iba preparado para un choque
cultural como aquel.
Era entrar en otro mundo. Pero, a pesar de que era tan
amante del orden i la pulcritud, no sintió rechazo. Aceptó inmediatamente que
aquella gente, se toma la vida de otra manera. Tampoco se quejó, como era
habitual en él, de las incomodidades que implicaba ese cambio.
Seguramente, porque aquella experiencia llenaba sus
expectativas.
¡Y tanto! ¡En abundancia!
No obstante, el éxito de aquel viaje fue puesto a prueba
con agua y falta de sueño.
El mismo quedo sorprendido de poder seguir el ritmo, a
pesar de haber dormido tan poco.
Y la dificultad para comunicarse, también se vio
incrementada esos días.
Pero se mostraba impertérrito al desánimo. Encontró unos
compañeros de viaje que lo apoyaron y ayudaron.
Incluso descubrió una hermana melliza.
Tuvo la suerte de contar con un guía culto y preparado; disfrutó de experiencias
intensas y enriquecedoras con la gente local.
Y los lugares que visito no lo decepcionaron.
Y, finalmente, descubrió el amor de los iranies por la poesía
y al más grande poeta de Shiraz, visitando su mausoleo, donde se palpa su
devoción.
Y de vuelta de ese viaje, pensó: ¿Por qué no seguir
soñando, deseando?
Es el poema que escribí, al final del viaje a Irán, que condensa
las experiencias tenidas.
La novela que menciono, está iniciada, pero no terminada. Espero
poder terminarla este año.
Y “descubrí” una hermana. Confeccioné un audio de este texto (para
mis compañeros de viaje):
Hola. Soy Clementina, la hermana gemela de Climent.
Ya que él tiene dificultades para hablar, lo haré yo en su nombre.
Como ya sabéis tiene una extraña dolencia que le impide hablar con
fluidez. Y no nació con esta discapacidad. Os lo garantizo.
Era un parlanchín, incluso ha vivido de hablar en público y daba
charlas.
Hace tres años, empezó a notar dificultades con alguna palabra.
Paulatinamente, la dolencia, se ha ido incrementando hasta llegar al estado
actual.
Y os aseguro que ha visitado muchos y diferentes médicos y le han
hecho muchas pruebas, incluso del cerebro, con resultado mejor que normal.
Entre otros, ha visitado a cuatro neurólogas, que se sorprenden de
que no tenga otras patologías aparte del habla.
No lo dicen, pero lo que no entienden es que no tenga alteraciones
mentales o físicas.
Hasta el punto de que durante este viaje ha sido convocado a una visita del
gabinete de neurología del principal hospital de Baleares.
Se ha convertido en un caso a estudiar.
Pero no quiere ser pesado con este tema.
Climent solo quería explicar la causa de que no hable más.
Además, su dolencia conlleva un desarreglo emocional exagerado que
consiste en que cuando hay un mínimo de emoción, le entran ganas de llorar.
Por eso, ayer no quiso explicar más cosas de sus motivos para
viajar à Irán.
El principal motivo de que me haya pedido que hable en su nombre,
es expresaros la alegría y agradecimiento de vuestro acompañamiento en el viaje
de su vida.
Hace tiempo que quería visitar Irán y no veía la forma. Hasta que
Patricia le dijo que se estaba preparando este viaje.
Y vio su oportunidad de visitar el país que es la cuna de una
filosofía que cambió su vida y durante más de la mitad de ella ha escuchado
historias y relatos de ese antiguo imperio.
Hace un par de años comenzó a escribir una novela inspirada en la
Persia del siglo diecinueve.
Algunos de los hechos narrados, en su libro, transcurren en
algunas de las ciudades que visitaremos: Isfahán y Shiraz.
Y por ello se alegra de visitarlas.
Faltará conocer Mazindarán.
Será en otra ocasión, si Alí-Reza le invita a su casa.
Os recuerdo que ambos escritos son de finales de 2019, momento de
mi viaje a Irán y no tenía todavía diagnóstico. Después, la enfermedad, ha
avanzado mucho.
Ambos mensajes, están redactados en tercera persona, pero se
refieren a mí, claro.
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Quería comentar algo que he aprendido, con la enfermedad. Es sobre
adquirir una actitud positiva ante la vida y sus dificultades. Me refiero a
transmitir mensajes o noticias (en mi situación, es lo que hago más), pero
hacerlo de forma positiva.
No es lo mismo decir “voy mejorando, pero me duele” que decir “me
duele, pero voy mejorando”. Decimos lo mismo, pero no lo transmitimos de forma
idéntica. La primera, es una versión pesimista; la segunda, es optimista.
A mí me ayuda mucho la segunda opción. Me llena de energía.
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He reflexionado anteriormente en este blog, sobre la
inconveniencia de criticar y juzgar a los demás, por salud emocional y
espiritual.
De todas formas, a menudo, hay una explicación en la forma de
proceder de nuestros semejantes, aunque no sea patente.
Estos días, he recordado una anécdota que leí y que ilustra
perfectamente, la necesidad de abstenerse de juzgar.
Del libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”
Cuenta que el protagonista del relato, John, viajaba en metro, en
su Nueva York natal. En una de las paradas, entró en su vagón, un hombre
cabizbajo con tres niños pequeños.
Los niños iban sin control, persiguiéndose y jugando en ese
espacio tan limitado, lo que era peligroso para los críos y, de paso, para los
transeúntes. Pero el hombre, que parecía el padre, no decía nada. Seguía
melancólico.
Entonces, John se armó de valor y llamó la atención del
progenitor, diciéndole que debería vigilar a los niños.
Como respuesta, el hombre, dijo:
-
Si, debería hacer algo. Lo siento. Es que su madre acaba de morir
en el Hospital y necesito poner las ideas en orden.
He disfrutat i après llegint ses teues paraules
ResponderEliminarSalut i força Climent
Moltes gràcies, Liberto
EliminarEstic totalment d'acord amb el que dius de no posar judicis i criticar a sa gent. Amb molta facilitat posam etiquetes sensa saber el que hi ha dins sa pell d'una altra persona.
ResponderEliminarHe disfrutat llegint es teu relat!
Gràcies Climent!