ISFAHAN
En mi última publicación,
me refería a dos de dichos populares o refranes (en los cuales existe una
sabiduría profunda). Y los he tenido presentes cuando me operaron para
colocarme la válvula gástrica.
La incisión se hizo en mi
costado izquierdo y, mi caída anterior, a finales de enero, fue en el costado
derecho, en las costillas. Hacía semanas que dormía tumbado del lado izquierdo.
Y ocurrió, que la noche de
la operación que pasé en el hospital, me apuraba el tema de dormir, porque
tenía los dos costados afectados y no puedo dormir de espaldas, por el exceso
de saliva, que podría producirme atragantamientos. Tengo que estar de lado y,
muchas veces, en posición fetal.
Como decía, me apuraba el
tema de dormir, pero decidí probar el costado de las costillas y VIOLÀ, ¡¡no me
dolían!! Pude descansar algunas horas, gracias a que las costillas no me
molestaban (y hasta el día anterior, sufría de punzadas). Es entonces cuando
recordé:
-
Dios aprieta,
pero no ahoga.
Fue el jueves 17 de
febrero, en el Hospital de Bellvitge, en Barcelona, en que me operaron para
colocarme la sonda de gastrostomía, para poder alimentarme. Porque me cuesta
mucho y me cansa comer, me doy muchos mordiscos en la lengua y en el interior
de la boca.
De esta forma, puedo
alimentarme por las dos vías: (de momento) por la válvula introduzco nutrientes
ya preparados y por la boca tomo batidos y alimentos triturados, además de
algunos que me gustan y todavía puedo comer.
Soy de los que disfruta
mucho con la comida.
Y la operación fue muy
bien, sin rechazo, sin vómitos, con dolor y molestias normales. Mi sorpresa fue
el punto donde se ubicó esa sonda: debajo de las costillas, en el lado
izquierdo. Me imaginaba que sería en mitad del vientre, pero después recordé
que el estómago no está en medio del abdomen, ni es regular; tiene forma
parecida a una bota de vino. 😊
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RELATO
Otra anécdota de mi viaje a IRAN.
Estuvimos 3 días en Isfahán, antigua capital de ese pretérito
imperio, pero no tuvimos la suerte de alojarnos en el más precioso y lujoso
hotel de esa maravillosa ciudad, donde sí se han alojado antiguos presidentes
de gobierno españoles. Nuestro hotel, era bueno, pero no como ése.
Se llama hotel Abbasi y mantiene la estructura de
las antiguas posadas llamadas caranvanserai. El Sha Abbas hizo construir 999 de
esos albergues a lo largo de Irán, porque hizo el peregrinaje a pie a los
principales lugares de culto de ese país y se dio cuenta de que eran
necesarios.
Eran edificios especialmente construidos para cubrir
las necesidades de los peregrinos, con un portón de entrada al amplio patio, la
planta baja dedicada a guardar los animales de carga y sus carros y, en la
planta primera, las habitaciones, que todas miraban a ese patio y de forma
circular.
Como decía, el hotel Abbasi, mantiene esa estructura
alrededor de un precioso patio, con las inevitables fuentes, estanques y floresta.
Un lugar para relajarse, paseando, escuchando el murmullo del agua que se
desliza o tomando un helado.
Los iranies son expertos en crear esos patios y
jardines extraordinarios. También dominan el agua. Aunque no sean árabes.
Pero claro, lo más llamativo de Isfahán, es su
famosa plaza (Naqhs-e Jahan), es una de las más grandes y bonitas del mundo
(foto).
Sus dimensiones son asombrosas: un rectángulo de 512
metros, con un ancho de 163 metros. Caben varios campos de fútbol. Aparte,
existen allí unos maravillosos y grandiosos edificios, que forman parte
inseparable de esa plaza. La mayoría construidos bajo el mandato del mismo Sha Abbas
el Grande. Siempre recordado y muy respetado en el país, por ser el mecenas de
tantos edificios únicos y promotor de la cultura persa.
Pero eso fue en el siglo XVI; debe ser por eso que
es tan renombrado: desde entonces, no ha habido otro Sha que hiciera tanto por
el pueblo y por el saber iraní.
En esa plaza me perdí nuevamente. 😊
Estábamos con el grupo de viajeros y con el guía,
descansando en una escalinata, después de visitar la mezquita de las mujeres.
En un momento determinado, me bajé de la escalera,
sin avisar, para tomar unas fotos, de forma que dejé al grupo a mi espalda. Al
darme la vuelta, no estaban. Y no se habían dado cuenta de que me habían dejado
sólo.
Una chica joven se dio cuenta y me dijo por donde se
habían ido, indicándome la entrada del enorme bazar (son dos kilómetros de
pequeñas tiendas) más tarde supe, que estaban comiendo en un restaurante situado
allí, pero a pocos metros de donde me encontraba.
Mi paseo por el bazar fue largo, intentando ir a
paso decidido por si los alcanzaba, pero fue un intento frustrado: no pude
avanzar rápido, por la gente que atesta esos lugares y por su configuración.
Nada que ver con un mercado en Europa, ni siquiera con el caótico y famoso
rastro de Madrid. No están al aire libre, están a cubierto, en los bajos o
soportales de las plazas y son mucho más enmarañados, con obstáculos por todas
partes y con una circulación imposible de motos cargadas, en su interior.
Después de casi media hora, llegué a la conclusión
de que no estaban allí. Regresé a la plaza, porque recordé que había una caseta
de información.
Mi móvil no estaba configurado para utilizarlo en
Irán, pero llevaba el número del guía anotado en mi agenda. Me dirigí al punto
de información, que era atendido por policías, les dije que me había perdido y
si podían llamar a su móvil.
Lo hicieron y, en 5 minutos, Ali-Reza (el guía)
llegó jadeante, pero contento de localizarme.
Otro día, contaré más del quiosco de información,
donde un policía me preguntó qué hacía con lo que había comprado en el bazar.
Quines aventures Climent! He i mmaginat quan estaves perdut per es bazar. Quin apuro!!! Es cor m'ha betagat amb més intensitat!
ResponderEliminarGràcies per compartir ses teues vivencies!
Gràcies a tu. Els comentaris me ajuden moltíssim
EliminarHola querido Climent, he estado leyendo tus últimos comentarios, que todavía no había leído y me he enterado de tu operación, de tu viaje a Isfahan y de otros relatos. Me parece mentira tu situación y al mismo tiempo aleccionadora tal como la has afrontado. También me alegro como te enfrentas a los deseos que anhelas para tu partida de este mundo respecto a tus hijos y nietos. Rezo para que Dios te los conceda todos. Yo cada mañana hago una Tabla de Ahmad por las personas que sufren o que tienen algún problema y hace ya mucho tiempo que te incluí en esa lista. Espero que esto y las oraciones que hacen por ti otras persona que te quieren te ayuden a llevar con dignidad tus dolencias y que Dios te ayude a superarlas todas dentro de lo que es ineludible.
ResponderEliminarTe envío un fuerte abrazo hasta tus próximos relatos.
Has tingut una vida aventurera i moguda, has disfrutat de moments i llocs fantastics...
ResponderEliminarGracias, querido Climent, por el relato sobre Isfahán, menuda aventura. Y qué ganas dan de perderse en un sitio así, pero sin prisa; los mercados orientales son así, aunque solo conozco alguno de Turquía y Jerusalén (además de los mercados persas que he visto en algunas películas). Me has hecho recordar cuánto me gusta sentarme a tomar un buen té y ver a la gente pasar y escuchar la melodía del idioma, pasear por los puestos de especias, ver la variedad de frutas, verduras y pescado. Ya estoy contando los días para leer tu siguiente relato. ... Acabo de añadirte a mi lista de oraciones, con una preciosa que me ha hecho recordar lo que estás haciendo ("... un corazón que, como el cristal, se ilumine con la luz de Tu amor, y confiéreme pensamientos que cambien este mundo en un jardín de rosas...". Un abrazo de Nabil
ResponderEliminarMuchas gracias Nabil. Los comentarios de los amigos, me animan a continuar. De todas formas, estos escritos me llenan de energía y confirmación.
EliminarUn abrazo
Querido Clemente, tu relato en Isfahan me conmovió..yo nunca tuve la suerte de visitar esta maravillosa ciudad , tampoco me imaginaba que podían pasar cosas terribles y al marcharme no volvía nunca mas a mi tierra , en mi adolescencia planeaba una ruta espiritual desde Shiraz hasta Maku .. un maravilloso viaje fin de curso que jamás se hizo...
ResponderEliminarPor otro lado me emocionan los creyentes occidentales que viajan a Iran con tanto entusiasmo, al llegar oyen el farsi en todos los lados, respiran el aire de la Patria del Bab y Baha"u"llah, pisan la tierra que pisaron Ellos, las plazas que fueron bañadas de sangre de los mártires...etc.
Los reyes que hicieron lo nunca visto para el exterminio de los baha'is desde sus tumbas dan testimonio que " El fuego que ha encendido Dios con estos vientos contrarios no se apaga"
Gracias Rezvan por tu comentario. Esto me llena de energía. Me quedan muchas anécdotas. Por ejemplo, en Shiraz. Que estuve el lugar donde estaba la casa de El Bab, también en la mezquita donde acudía El.
EliminarSiempre es un gusto leerte, me encanta el amor con que cuentas todo. El ejemplo que nos das a todos afrontando esta gran prueba que estás pasando pero que tiene su gran sabiduría. Se que ahora mismo estás ingresado, Dios quiera pronto los vuelvas a escribir. Se te quiere y me encantan tus relatos. Sigue contándonos sobre ese maravilloso viaje y que paso donde la policía. Un abrazo y estamos orando por ti💚
ResponderEliminarGracias Fernanda
EliminarHola Climent, cada dia me asombra mes com vas endevant amb tanta energía i pau interior i tambe guantes coses has fetes i quin viatge tan ple de anécdotes i especialment important espiritualmente per estar els llocs ont varen viurer les Figures centrales de la Fe i varen tenir lloc aconteixaments tan dramatics.
ResponderEliminarMe alegra que hagis sortit be de la operacio. Estic agraida de tenirta com amic de tans d'anys. Ets un referent i exemple de vida. Gracis per continuar contant tantes experiencias.