TIA TONIA

 



Dos dichos populares, tienen versiones parecidas. El primero, reza: "Dios aprieta, pero no ahoga". El segundo, "Dios escribe páginas rectas con reglones torcidos". Consiste en apreciar lo bueno que la vida (o Dios), nos depara, a pesar de las dificultades.

En mi caso, no obstante mi enfermedad y los condicionantes que conlleva, reconozco que me ha pasado en la mejor época de mi vida, donde puedo ir en busca de la tranquilidad, porque no tengo problemas económicos, estoy libre de responsabilidades laborales y los hijos son mayores.

Y he dicho en varias ocasiones, que de la enfermedad se aprende. Por ejemplo, de las caídas, he asimilado la lentitud y la plena consciencia en mi vida que, junto con la meditación y el mindfulness, me facilitan vivir más el día a día. Como dice Pablo D’Ors: “Quietud, lentitud y plenitud” al referirse a la necesidad de meditar diariamente y a no sucumbir a la prisa, que convierte la vida en una carrera de obstáculos. Estar quietos (meditando), realizar acciones más dócilmente (lentitud) -incluso en lo cotidiano- es el camino hacia la plenitud.

El silencio nos proporciona esta oportunidad, pero no como un fin en sí. El silencio debe ser un medio.

Sigue aseverando que esta forma de proceder, nos conduce a un profundo conocimiento personal y a amarnos, como resultado. No se puede amar a lo que no se conoce. Y si no nos amamos, no podemos amar a los demás, ya que no puedes dar lo que no tienes. Termina afirmando que eso es el objetivo de la vida: desarrollar la capacidad de amar y ser amado.

Por mi parte, cada día que pasa, aprecio más las cosas efímeras, sencillas y gratuitas. Se trata de soltar amarras.

Soltar amarras, literalmente, significa liberar las cuerdas de una embarcación, para que pueda navegar. Como metáfora, puede significar muchas cosas. Un significado poético, es dejarse llevar por el rio de la vida sin ataduras, sin querer retener nada. Ligero de equipaje.


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RELATO

 

A los 8 años comencé a frecuentar el Centro Católico San Miguel, ubicado en la calle del mismo nombre, en lo más recóndito del casco antiguo de Ciutadella. Allí también me casé (hace 42 años, la primera boda mixta que se recuerda, oficiada por el que, hoy en día, es el obispo de la isla de Mallorca. Foto).
Y allí encontré a los mejores amigos de infancia y juventud. Entre ellos, Miguel, primo de la que, con el tiempo, sería mi mujer. Precisamente nos conocimos en la primera comunión del hermano de Miguel a la que éste me invitó.
Su madre, Antonia, nos acogía en su casa diminuta, donde nunca faltaba la comida. Está situada cerca de San Miguel y en ese anillo de calles muy estrechas del casco antiguo. Antonia era una cocinera de las de antes. En su dilatada vida, a lo mejor sin proponérselo, ayudó a mantener las recetas de platos y repostería más tradicionales, pero de forma muy copiosa. Creo que no me equivoco, al afirmar que, en su vida y pasando por su pequeña cocina, habrá hecho suficiente comida para alimentar a un regimiento.
Como decía, Antonia se convirtió en tía. Tía Tonia, como la llamábamos y fui el primero en casarme con un miembro de esa extensa familia. El abuelo materno de mi mujer, tuvo seis hijas y todas han tenido mucha descendencia, sobre todo mi suegra, que ha tenido ocho hijos. Mi mujer es la mayor. Tía Tonia es la mayor de sus hermanas.
Su padre fue un payes exitoso porque tenía seis hijas que le ayudaban en el predio. Y no echó a faltar a los varones. Tía Tonia, era una mujer recia, grande y muy potente. La "leyenda" dice que, en una ocasión, en la playa cercana al predio que habitaban, después de una fuerte tormenta, apareció un tronco grande. Era valioso, por la madera que se podía aprovechar de ese árbol.
Lo intentaron varios hombres y desistieron. Y ella, provista de juventud y poder, se lo echó al hombro y lo llevó hasta el predio.

Hace unos días falleció a los 90 años. Este es mi homenaje. Descanse en paz.

Tenía unos 10 años, cuando se murió mi abuela paterna. Al abuelo, ni le conocí. Murió, cuando mi padre era soltero. Los hijos, vendieron la casa familiar y estuve durante la visita de los compradores, que era un matrimonio payes. No poseo la retentiva de la cifra de la venta, pero con su parte, mi padre compró una moto y un televisor.
Escuché la conversación de los mayores y no recuerdo los detalles, pero debieron hablar de plazos de pago, por un asunto que quedó grabado en mi memoria de niño: "el resto" para San Miguel.
Tengo que aclarar que, en catalán, utilizamos una sola preposición para decir por y para: per.
Por eso, pensé al oír PER. ¿Porque se lo dan a San Miguel?


En realidad, los adultos conversaban de la época del último pago, a finales de setiembre (el 29 se celebra San Miguel) y quedaron POR SAN MIGUEL.  

Yo no distinguí la diferencia apreciable que hay en decir POR o PARA. Entendí PARA San Miguel (el centro católico) 😊.

Pero es que, además, nunca lo comenté a nadie. Y cuando era director de una oficina de la Caja Rural, descubrí que, los ganaderos de Menorca, a finales de setiembre, es la época en que más dinero disponen; porque es cuando nacen los terneros.

Prometo relatar otra anécdota de mi viaje a Irán, en la próxima publicación, dentro de 15 días.

Aquí dejo una publicación de hace años (está sólo en catalán, de momento), en reconocimiento de San Miguel (el centro católico)

https://tinguempau.blogspot.com/2016/04/agraiment.html

Y también la entrevista, corta, a Pablo D’Ors.

https://youtu.be/pG7mMRYTP6Q

 


Comentarios

  1. M agradat molt,gran veritat disfrutar i disfrutar molt de lo cotidia.Bon relat O bona yistoria

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  2. En respuesta a los dichos que introducen tu blog de hoy, comparto mi refrán preferido que trasmite mi visión optimista de la realidad: "No hay mal que por bien no venga" 😉.
    Climent, gracias por tus relatos pero voy a contar los 15 días hasta tu próxima publicación para disfrutar de otra anécdota de tu viaje a Irán!

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  3. Gracias, Climent, por tu crónica de hoy, he tomado buena nota de lo que explicas sobre la lentitud, o mejor todavía, sobre "no estar en lo siguiente" sino en lo que se está haciendo; también he aprendido de lo que citas de Pablo d'Ors y de lo que dice en la entrevista, sobre "quitarse de en medio" como manera de "escuchar". Gracias.

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