15.06.2021
Aunque
creo que ya lo mencioné, entre otras muchas cosas, he aprendido a hacer las
cosas más lentamente, conscientemente. Toda la vida, he tenido prisa y he hecho
las cosas rápidas. Ahora no, la enfermedad me ha enseñado a hacer todo más
despacio (y de forma brusca: a través de muchas caídas y pequeños accidentes).
Y no hacer varias cosas a la vez; una cosa detrás de la otra.
Es
la historia de mi vida, todo lo he hecho pronto: comencé a trabajar a los 13
años y me jubilé pronto (58), tras 45 años de intenso trabajo (en sólo 3
empresas. Ahora es impensable). Me casé a los 22 años (como mis 4 hermanos).
Fui padre a las 24 y abuelo a los 50. Tengo tres hijos y tres nietos (pronto,
uno más). Mi dolencia comenzó a los 59, un año después de jubilarme. Pero
durante los primeros dos años, casi no se notaba. Ahora, con 63 años, sí. Llevo
casi 5 años enfermo. Lo más difícil de sobrellevar, es la imposibilidad de
comunicarme, muchos problemas para comer y la falta de equilibrio.
Pero
como ya he explicado, al aceptar esas limitaciones, me he vuelto más
resistente. Y como dice Viktor Frankl (y confirma Mahvash Sábet), somos más
resistentes y capaces de lo que pensamos.
También
me he instruido, a través del mindfulness, a aceptar ese mal momento en que te
hundes, para no quedarme parado y deprimido, obsesionado o desbordado, dándole
vueltas y vueltas. Ya me referí a este tema, hace un par de semanas. Es que pienso
(y en realidad es así), que también pasará ese intervalo de tiempo y que la
vida sigue. De esta forma me animo y disfruto de otras cosas de mi existencia. 😊
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