13.04.2021
PERO no penséis que todo "era de color de
rosa". Tuve mi época oscura, con depresión incluida y con visitas a
psicólogo y psiquiatra. Durante un tiempo cavilaba sobre la posibilidad de tener
dos enfermedades: por un lado, la depresión -agobio inmediato ante el mínimo
problema, me emocionaba con demasiada facilidad- y, por otro lado, el problema
del habla y deglución. Descubrí que era una sola: lo que me impide hablar y
deglutir correctamente, lleva aparejada esa facilidad de emocionarme con tanta
facilidad. Leia mucho sobre mi dolencia y constaté que si se agrava, es el
padecimiento más cruel: puedo llegar a ser cautivo de mi cuerpo, donde todo
quede paralizado, excepto la vista y el pensamiento. Leí sobre la experiencia
de testimonios reales. Y ello, me llevó a pensamientos suicidas. PERO, las
mujeres, me salvaron. Gracias a Bel, Susana, Eva, Nika, Carmen, Roser y, ahora,
Rima, Juli y tantas más.
La comprensión, el acompañamiento son un
bálsamo para el enfermo.
Y, aconteció que el MINDFULNESS, se cruzó en
mi camino. Me enseñó mucho y me di cuenta de que no era buena idea seguir
“instruyéndome” sobre mi dolencia.
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